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Los trabajadores humanitarios responden a la urgencia ante los daños del Ciclón Eloise son cada vez más evidentes

 

Beira – Los residentes de las áreas cercanas a Beira están tambaleando debido al impacto del Ciclón Eloise, navegando por las calles inundadas con el agua hasta la cintura, calles que están llenas de escombros en algunos sectores, mientras la escala del daño provocado es cada vez más evidente.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está trabajando muy de cerca con el Gobierno de Mozambique, las Naciones Unidas, y otros asociados y grupos humanitarios para garantizar una buena coordinación en la respuesta. Las evaluaciones comenzaron inmediatamente después del paso del Ciclón Eloise y su objetivo fue determinar las necesidades que más estaban afectando a las comunidades.

De acuerdo con el Instituto Nacional para la Gestión y Reducción de Riesgos de Desastre (INGD, por su sigla en inglés), más de 175.000 personas se han visto afectadas por el ciclón en Mozambique, y más de 8.000 casas han sido destruidas, dañadas, o se han inundado. Hasta ahora se ha confirmado que seis personas perdieron la vida desde que el ciclón ingresó el sábado.

Tres días más tarde, se han habilitado un total de 32 centros de alojamiento en la Provincia de Sofala para proveer albergue temporario a más de 15.000 mujeres, hombres y menores.

De acuerdo con una evaluación realizada por la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM, por su sigla en inglés) y por el INGD de Mozambique, las necesidades de esos centros de alojamiento incluyen alimentos, tiendas, agua apta para el consumo, kits de higiene, materiales de prevención de la COVID-19, mosquiteros, frazadas, linternas, lonas impermeables, kits de primeros auxilios y jabón.

De acuerdo con los trabajadores humanitarios que se encuentran en el lugar, las personas han ya recibido comida y agua entregadas por las autoridades provinciales y por el INGD.

“La OIM está realizando un monitoreo de los centros de albergue para derivar los casos a las instalaciones sanitarias, pero desgraciadamente muchas de ellas han sufrido daños por el ciclón”, explicó Angélica Sitoe, a cargo del Equipo Sanitario de la OIM en Beira. “Estamos muy preocupados por los pacientes con enfermedades crónicas que han perdido su medicación a causa del ciclón”.

Las familias están viviendo en barrios cercanos, en centros de albergue. “Muchos informaron que habían perdido sus tapabocas. Muchos no cuentan con instalaciones adecuadas para la higiene, lo cual crea una gran preocupación por el peligro de transmisión de la COVID-19. Hay también muchos casos de malaria debido a la temporada de lluvias”, agregó Sitoe.

Las escuelas, las instalaciones del Gobierno, y los edificios religiosos están albergando a cientos de familias desplazadas, muchas de las cuales huyeron de la tormenta llevando consigo tan sólo lo que tenían puesto. Muchos dicen que perdieron los alimentos que había en sus casas, las herramientas de cultivo y semillas, y que también las tierras de cultivo se han visto afectadas, lo cual genera dudas acerca de la seguridad alimentaria.

Los cortes de electricidad siguen en amplias franjas de territorio en Beira y en el vecino distrito de Buzi.

Unos 160 miembros del personal de la OIM están apostados en la zona y trabajando muy estrechamente con el Gobierno de Mozambique, las Naciones Unidas y otros asociados humanitarios para asegurar una respuesta coordinada. Las evaluaciones comenzaron la mañana siguiente al ciclón y con el propósito de determinar el alcance del desplazamiento, los daños causados y las necesidades de las comunidades locales.

Las evaluaciones de la DTM indican que más de la mitad de los 70 centros de reasentamiento en donde residen las personas desplazadas por el Ciclón Idai en 2019, ubicados en zonas afectadas por el Ciclón Chalane, no pueden acceder debido a las inundaciones.

El personal de la OIM está distribuyendo jabón y una cierta cantidad de tapabocas de paño a los más vulnerables en centros de alojamiento y brindando información adicional acerca de la necesidad de mantener el distanciamiento físico, pero dicen que eso es bastante difícil debido a las circunstancias imperantes. Los equipos móviles están brindando primeros auxilios psicológicos a las poblaciones afectadas que se encuentran en los centros de alojamiento y en los sitios de reasentamiento.

“Como a la una de la madrugada una cantidad de agua que nos llegaba hasta la cintura inundó nuestra casa; los paneles del techo se volaron por los fuertes vientos. Tomé de la mano a mi hijo y a mi esposa y nos fuimos a la casa de un vecino procurando refugio”, explicó Domingos Veloso, un granjero local que cultiva arroz y que es peón en un distrito de la Ciudad de Beira llamado Mungassa Inharimue. “Simplemente queríamos que llegara la mañana; aprovecharíamos la luz del día para mudarnos y refugiarnos en la escuela. Estábamos agradecidos de no haber muerto. Mi esposa y mi hijo se están quedando en un centro de alojamiento; en mi caso, estoy aquí para proteger lo poco que nos queda”.

Agregó lo siguiente: “Lo intenté, pero no pude recuperar nada; nuestras pertenencias desaparecieron con el agua que circulaba dentro de nuestra casa. Mis herramientas de cultivo y mis semillas han desaparecido también”.

Muchos sitios de reasentamiento han informado acerca de la destrucción y los daños a casas y estructuras, incluyendo clínicas de salud y establecimientos escolares. Otros señalan que no hay suficientes letrinas.

La OIM continua con su monitoreo y evaluación conjunta además de la respuesta inicial en los centros de alojamiento en colaboración con las autoridades locales.

Para más información por favor contactar a: Sandra Black en la OIM Mozambique. Tel:   +258 852 162 278. Correo electrónico: Sblack@iom.int